Puede ser que la vida nos golpee y nos lastime tanto
que influya directamente en nuestro cuerpo y mente. Puede ser que pasemos cosas
que ninguna persona merezca pasar, o que debamos afrontar situaciones que
sobrepasan nuestro entendimiento. Lo que es cierto es que nadie lo elige, sólo
pasa… pero no por eso debemos dejarnos caer, porque somos nosotros los que
perdemos.
El
objetivo no es ser alguien, sino ser tú, cuando lo logres ya serás alguien. A
pesar de que muchas veces la vida es injusta, de eso consta, de superaciones, y
¿cómo podríamos superarnos sin contratiempos? Piénsalo así, como si cada
obstáculo estuviera allí con el objetivo de preguntarte: ¿Ya te rendiste? ¿No
vas a seguir, no quieres?
Por más dura que haya sido tu vida, por más lágrimas
que hayas derramado, por más sonrisas que hayas perdido siempre sigues siendo
tú, siempre debes ser feliz. Si se
lucha, se encuentra una razón para vivir, y no me refiero al maquillaje,
fama, apariencia y diversión momentánea, sino a vivir, reír con y sin motivos,
sentir, amar, ser genuina, ser lo que siempre quisiste.
Tomar cada problema como un aprendizaje y experiencia,
luchar para generar amor y poder darle al otro la paz que necesita.
Muchas veces nuestra paz, nuestra vida prende de una
palabra: Amor. El que no es amado no puede ser feliz y el que no ama no puede
ser amado. Por lo tanto, es lo más probable que tú hayas sufrido de desamor, te
hayan lastimado, no hayas sido amada como lo merecías, por eso, es posible que
te odie, que te sientas muy poco, y es muy irónico: no porque alguien haya sido
cruel contigo todos lo serán, sino que encontrarás a alguien que te de todo el
amor que no sabes recibir, pero lo aprenderás, valdrá la pena.
Puede que lo encuentres en vida, o puede que como Marilyn, lo encontremos arriba, con Dios, la mayor fuente, fuente inagotable de
amor incondicional (FC).
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