martes, 30 de abril de 2013

BUSCANDO RESPUESTAS

La persona es un continuo interrogante; este arte de preguntar y preguntarse, tarde o temprano, da fruto. Curioso el vídeo sobre la presentación del libro de Mario Alonso Puig. Te animo a verlo: http://www.youtube.com/watch?v=dCw-Q9ZCcPo

Este artículo puede ayudar a precisar algunas de las ideas que hemos ido viendo en este tema.

Con búsqueda de sentido nos referimos a aquella incesante búsqueda fundamental sobre las cuestiones que constituyen la existencia personal: " ¿Quién soy?". A partir de aquí, el hombre problematiza su vida y la única pregunta se desmenuza en otras mil: "¿de dónde vengo?" "¿adónde voy?", "¿qué fin tiene mi vida?", "¿por que tengo que morir?", "¿qué será de mi vida después de la muerte?". No es posible soslayar ninguna de estas preguntas, si uno desea alcanzar una identidad personal que sea expresión de una opción libre por saber proyectar la propia existencia.
Desde que el hombre es hombre se ha situado ante su vida con estas preguntas; es interesante observar cómo surgen simultáneamente en él en varias regiones de la tierra. En torno al ario 500 a.C., en un proceso espiritual que transcurre entre el 800 y el 200 a,C., se encuentra la línea de demarcación del hombre tal como hoy lo conocemos: en China viven Confucio y LaoTze, en la India surgen los Upanishads y se vive el período de Buda, en Irán se escucha la predicación de Zaratustra, en Israel predican los grandes profetas Jeremías y Ezequiel, en Grecia es el período de Homero, Pitágoras, Parménides, Heráclito, Platón, Sófocles, Eurípides... Este período ve al hombre empeñado en dar respuesta a su innata búsqueda de sentido.
La búsqueda de sentido no se agota, ya que el hombre seguirá siendo siempre un enigma para él mismo y vivirá problematizando todas las realidades, a partir de sí mismo; es ésta la condición para que pueda seguir conociendo dinámicamente. La búsqueda de sentido ha encontrado diferentes respuestas en diversos niveles: la literatura, la filosofía, el arte y la religión intervienen, cada una por su lado, a diseñar una respuesta ante la persona.
Sólo en la medida en que la búsqueda se encuentre con el sentido verdadero y genuino, no producido por la reflexión personal, podrá pensarse que la búsqueda ha llegado a su fin; por consiguiente, este sentido tendrá que aparecer como gratuidad que se ofrece y como libertad más amplia que sale de la contradictoriedad personal. Se puede afirmar con toda justicia que el enigma "hombre" encuentra una solución a la luz de Cristo, ya que en él se resuelve la contradicción y la pregunta última, la muerte, queda derrotada por la victoria de la resurrección.
(R. Fisichella, "Sentido de la revelación", en DTF, 1351-1356)

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